0
XL TRES PALITOS
Posted by Emilis González Ordoñez
on
6:35
En días pasados publiqué un artículo titulado De cuando fui Miss
Trapichito, sucede que, a raíz de eso, unas alumnas me pararon, en un
pasillo de la universidad, para decirme: Esoo profeee, que se decidió
a luchar contra la gordura. Con tal que no se meta a FARANDI. . . y
otra agregó: no seas mala chica, ella ta muy vieja pa ser FARANDi. Y
rieron con ganas. Reí con ellas, pero seguí mi camino pa no decirles
sus cuatro lavativas por llamarme gorda y vieja. Pero algo me inquietó
del asunto, ese término, farandi. No me atreví a decirles nada pa no
demostrar mi total y absoluta ignorancia. Y es que no sabía si
ofenderme o halagarme.
Como soy una antropóloga aficionada me dediqué a investigar el
asunto. Y mi amiga Adid Stefania me ayudó al explicármelo, con
ejemplificaciones y demás, que me permitieran identificar, entre la
multitud, a una farandi. Así comprendí que una farandi es una chica,
cuya edad oscila entre los 18 y los 25; pensé: caracha hace unos
cuantos días con sus noches que no tengo esa edad. Por ese lao tengo
cero uno.
Me dijo además, que esas niñas cultivan su cuerpo para mantenerlo de
manera impecable, que hacen dieta y ejercicios que son fitnnes al mil
por ciento; otro cero más, si bien es cierto que ya no me pierdo
cuando hago bailoterapia, y hasta me siento diva bailando Tanga, tanga
tanga de Diosa Canales, tampoco es que me he rebajado nada.
Agregó que una característica primordial es que mantienen una larga
cabellera impecablemente cuidada, me reí de mi cabello corto, porque
me da calor largo y de mis rulos al aire porque estoy orgullosa de mi
bisabuelo esclavo y de mi pelo malo (¿desriz? NUNCA, NUNCA). Sucede
que las muchachitas esas además utilizan maquillaje perfecto, de
revista, aunque salgan a comprar pan en la esquina; JA si aún mi mamá
me regaña porque salgo a la calle casi que con la cara lavada. Además
que disque no comen para que la ropa les quede o para ahorrar para
comprar la moda. Yo hago dieta, como no, la del cochino.
Y disque no se bajan de unos tacones inmensos. Yo pensé, pero si
descalza mis rodillas no aguantan mi peso cómo lograré que lo resistan
bailando con unos tacones 15 centímetros. Pero la guinda de torta es
que son muy sociables, mucho, sobretodo con los caballeros que poseen
automóviles tipo camioneta lujosa. Noooo chicaaaa, si no le hablo ni a
mis amigos mucho menos me monto en una camioneta con un desconocido.
En resumidas cuentas que de todas las características tengo es
ninguna. Es decir que fracasé como farandi. Mejor me conformo con mi
peso, mi figura, mi edad y mi apariencia y comienzo a comprarme, como
diría mi amiga Joana Asuaje, mis camisas XL tres palitos y sigo
bailando como la Diosa Canales pero na más que pa sentirme malota.
Trapichito, sucede que, a raíz de eso, unas alumnas me pararon, en un
pasillo de la universidad, para decirme: Esoo profeee, que se decidió
a luchar contra la gordura. Con tal que no se meta a FARANDI. . . y
otra agregó: no seas mala chica, ella ta muy vieja pa ser FARANDi. Y
rieron con ganas. Reí con ellas, pero seguí mi camino pa no decirles
sus cuatro lavativas por llamarme gorda y vieja. Pero algo me inquietó
del asunto, ese término, farandi. No me atreví a decirles nada pa no
demostrar mi total y absoluta ignorancia. Y es que no sabía si
ofenderme o halagarme.
Como soy una antropóloga aficionada me dediqué a investigar el
asunto. Y mi amiga Adid Stefania me ayudó al explicármelo, con
ejemplificaciones y demás, que me permitieran identificar, entre la
multitud, a una farandi. Así comprendí que una farandi es una chica,
cuya edad oscila entre los 18 y los 25; pensé: caracha hace unos
cuantos días con sus noches que no tengo esa edad. Por ese lao tengo
cero uno.
Me dijo además, que esas niñas cultivan su cuerpo para mantenerlo de
manera impecable, que hacen dieta y ejercicios que son fitnnes al mil
por ciento; otro cero más, si bien es cierto que ya no me pierdo
cuando hago bailoterapia, y hasta me siento diva bailando Tanga, tanga
tanga de Diosa Canales, tampoco es que me he rebajado nada.
Agregó que una característica primordial es que mantienen una larga
cabellera impecablemente cuidada, me reí de mi cabello corto, porque
me da calor largo y de mis rulos al aire porque estoy orgullosa de mi
bisabuelo esclavo y de mi pelo malo (¿desriz? NUNCA, NUNCA). Sucede
que las muchachitas esas además utilizan maquillaje perfecto, de
revista, aunque salgan a comprar pan en la esquina; JA si aún mi mamá
me regaña porque salgo a la calle casi que con la cara lavada. Además
que disque no comen para que la ropa les quede o para ahorrar para
comprar la moda. Yo hago dieta, como no, la del cochino.
Y disque no se bajan de unos tacones inmensos. Yo pensé, pero si
descalza mis rodillas no aguantan mi peso cómo lograré que lo resistan
bailando con unos tacones 15 centímetros. Pero la guinda de torta es
que son muy sociables, mucho, sobretodo con los caballeros que poseen
automóviles tipo camioneta lujosa. Noooo chicaaaa, si no le hablo ni a
mis amigos mucho menos me monto en una camioneta con un desconocido.
En resumidas cuentas que de todas las características tengo es
ninguna. Es decir que fracasé como farandi. Mejor me conformo con mi
peso, mi figura, mi edad y mi apariencia y comienzo a comprarme, como
diría mi amiga Joana Asuaje, mis camisas XL tres palitos y sigo
bailando como la Diosa Canales pero na más que pa sentirme malota.