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Encalamucaita

Posted by Emilis González Ordoñez on 18:04

Hace algunos meses decidí incursionar de lleno en la superautopista de la información para utilizar las redes sociales. He de confesar que me han atropellado muchas veces, pero ahí vamos.

 

En mi última incursión a ese mundo virtual quedé encalamucaita. Y cuando uno está encalamucao está más allá de la perplejidad y la confusión, es como un estadio superior de la confusión absoluta.

 

Sucede que yo me metí en esas redes sociales disque pa reencontrarme con algunas amistades y fortalecer nuestros vínculos, porque son gente de mi generación y hemos vivido más o menos lo mismo, pero nooo. Parece que yo vivo en un mundo paralelo. Como ahora tengo, cortesía de mi hermana Meche, un telefono inteligente, (que de tan inteligente a veces hasta me insulta porque no lo sé usar), me metí, desde él, en la fulana red, me saluda una amiga:

 

¡Hola chama, tiempo sin saber de ti!

Y yo.- ¡Epaleee! Bien, trabajandito. Pasando calor porque se quemó el aire en el último "ahorro energético".

OMG, es horrible. Yo hacia un informe en el trabajo, se fue la luz  y CSM, lo perdí.  

Y yo por dentro, diablo y qué será O M G; ¿organización mundial de tontos que se dejan cortar la luz? Como no estaba segura y no quería pasar por ignorante seguí. Si vale, feo. Pero ¿qué me cuentas?

Yo estoy bien, leyendo uno de tus artículos y te digo que estoy LOL.

Ayy papá, LOL, ¿qué significará eso? ¿Será un piropo? No me atrevo a dar las gracias ni a ofenderme. Silencio incomodo de mi parte. Pero ella continuó.

Al principio no lo entendía, porque estaba medio dormida, en GSM, F5 conmigo chica. Y colocó una carita riendo 

Aún no me acostumbro a intercalar palabras y dibujitos, me siento en primer grado, pero lo que pensaba era en ese F5. ¡Dios de la VIDA! ¿Qué es sesooo?

¿Te gustó? Qué bueno. Yo lo disfrute.

+1. Como te digo al principio estaba ¿WTF?, pero luego entendí.

¿+1? ¿WTF? Ahí si quería llorar. Necesito un traductor urgenteee. No me quedó nada más que decirle, bueno, te dejo. Voy a escribir otro artículo esperando que no falle la luz.

Y ella. #NWLD.

Me fui, encalamucaita y sin ganas de chatear con nadie más.

 

 

 

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Como camión de cochinos

Posted by Emilis González Ordoñez on 11:57

La semana pasada me encontraba compartiendo con unos amigos cuando se acercó un señor y muy seriamente me preguntó: ¿Usted es Emilis González Ordoñez? Y yo, Sí. ¿La que escribe en el Nuevo Día? Y nuevamente, Sí. Pensé: ¡la gente me conoce! Ya cuando iba a esponjarme cual pavo real, el señor agregó: vengo a decirle que no me gustan sus artículos porque Ud. es puro quejarse. Que los hombres, que las mujeres, que las direcciones, que la dieta, que el celular, puro quejarse. Y ni una sola solución. Dio la vuelta y se fue, no le importó mi opinión.

 

            La cosa es que me puse a pensar. ¿Será cierto lo que dice el Sr.? ¿Si me quejo de algo debo inmediatamente darle la solución? Caramba, pero si hay cosas que no sé cómo solucionar porque no soy médico, ingeniero, banquero, alcalde, gobernador ni nada parecido. ¿Qué podré hacer? Entonces pensé, pondré mis quejas a un lado y al otro lado las soluciones más brillantes que se me puedan ocurrir.

 

            Las calles de la ciudad no sirven. Solución: dotar a cada familia de un burro y una canoa. El buen animalito para cuando esté seco y soleado y la canoa para cuando esté el clima lluvioso. Resuelvo·3 problemas: ingeniería ya no debe preocuparse por asfaltar las calles. La población hará deporte y no habrá sobrepeso, porque remar una canoa no es nada fácil. Y solucionamos el exceso de burros en la Coro-Punto Fijo.

 

El servicio eléctrico es pésimo. Sencillo, se hará una dotación de velas, fósforos, lámparas de querosene y abanicos. La solución es superecológica ya no estaríamos contaminando el ambiente, el mundo no se acabará por nuestra culpa, y regresamos a la época en la que nos sentábamos en el porche a conversar en familia. Claro existe el peligro de que nos atraquen, pero para eso también debo aportar solución, según el señor aquel. Fácil. Si no hay luz no necesito teléfono, ni computadora, ni aire acondicionado, ni ningún tipo de electrodoméstico entonces el señor malhechor no tendrá qué robar.

 

Pero lo pensé mejor y la verdad es que me gusta quejarme. Y definitivamente Ud. sabe cómo es la cosa señor, que en la constitución se contempla el derecho a queja. Y no habla nada de dar soluciones. Así que me seguiré quejando más que un camión de cochinos. He dicho.

 

             


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Pero con dignidad…

Posted by Emilis González Ordoñez on 8:29

         Unos días atrás estaba reunida con un grupo de amigas, de diversos estratos sociales, edades disímiles (que van desde los 18 a los casi 70), con profesiones distintas, pero unidas por la amistad y la idea utópica de un feminismo a ultranza y por las ganas de tomarnos algo y conversar.

 

            A una del grupo la habían engañado y se quejaba: ¡Ahora si soy la propia vaca! Estoy gordísima, me he dedicado a comer puro monte a ver si rebajo y vino este desgraciao y me montó los cachos. Me completó.

 

            Todas la reconfortábamos con los mismos lugares comunes: Chama no vale la pena. Tranquila, ese es un perro, pero él se lo pierde y se dará cuenta. Pero si con una piedra en los dientes debería darse el muy estúpido. Mándalo a lavarse ese paltó. Tú vales demasiado. No te preocupes que nunca se conseguirá a alguien como tú, se arrepentirá… y todo eso que uno dice y que es absolutamente inútil cuando el otro ser tiene el corazón hecho pedazos.

 

            Y así hubiésemos seguido si mi amiga Ella Petit, llena de razón, experiencia y vida no hubiese dicho: Déjese la quejadera. ¡Los cachos se llevan con dignidad!

 

            Todas nos alborotamos. Ofendidas. Palidecimos de la rabia, pero ella nos atajó: ya va. Antes de que se alboroten. Te pregunto, mija: ¿Lo vas a dejar? ¿Lo mandarás pal carajo? ¿No? Entonces no se queje. Porque yo no me voy a calar que cada 3 o 4 meses te vengas a quejar por lo mismo, porque ese tipo no va a cambiar, pero nunquitaaa. Y todo eso es mentira: si se va a conseguir a alguien que lo quiera tanto o más que tú. Te olvidará rapidito. Nunca se dará cuenta que eras lo mejor que le pasó en la vida. De modo que si lo va a dejar, déjelo y dedíquese a hablarle mal, porque ni la quiere ni la respeta; pero si no lo va a dejar, si piensa seguir calándose sus cachos entonces se calla y se hace la loca porque los cachos se llevan con dignidad. Y pa llevarlos dignamente sólo hay esa vía. Por eso es que estoy sola. Decida y después hablamos.

 

            Todas, absolutamente TODAS quedamos en silencio. No lo dejó. Él le siguió montando cachos con todas las mujeres del mundo, pero ahora aparentan ser la pareja más feliz sobre la tierra. ¿Quién lo diría no?


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0800-AY PAPÁAAAA

Posted by Emilis González Ordoñez on 10:01

Todo aquel que ha llamado a un número de información comprende la angustia y desesperación que significa. Pongamos que se le dañó el teléfono.

 

            UD. ingenuamente, llama, 1ero escucha un menú de 400 mil opciones que le indica una voz monocorde: Si desea saber acerca de nuestros servicios marque 1. Si desea escuchar nuestras ofertas marque 2. Si su papá mató cochino marque 3. Si le tuvo miedo al rabo marque 4.  Y así sigue hasta que UD. está a punto de ahorcarse, entonces escucha su opción: Si quiere reportar una avería marque el 4.400. No sé porque razón lo que se necesita siempre está al final de la odiosa grabación.

 

            Y piensa: ¡Listo! Se armó una limpia, me atendieron... pero nooo, ubíquese. Escucha otra grabación: si la avería que va a reportar es por el equipo marque 1. Si desconoce su origen, marque 2. Si Ud. estudió ingeniería en telecomunicaciones y puede repararlo marque 3, si puede repáralo, pero no tiene las herramientas a mano marque 4, y así hasta que dicen: si desea hablar con nuestros operadores marque el 9741.

 

            Muy inocentemente marca el número y sale otra grabación: nuestros operadores están ocupados, espere un segundo. Y comienza la musiquita de fondo: ti-ri-riri-ti-ri-riri. Deja de escucharse sólo pa que la misma voz vuelva a decir: nuestros operadores están ocupados…. Nuevamente música y así por espacio de una media hora. Si resiste la tortura china, como premio a la constancia, le atiende el(la) operador(a). Le dicen rápidamente y en una voz que nunca se entiende: buenastardes, bienvenidosanuestrosistema, graciasporesperar, le habla fulano de tal, ¿en qué podemos servirle?.... uno que está en total desesperación y al borde de las lagrimas, se faja a contarle a ese desconocido todas sus calamidades: ay mi teléfono no tiene tono, el sueldo no me alcanza y mi marido está viendo mucho a la vecina, yo sospecho que ahí hay algo. El operador, muy circunspecto responde: le reportaremos la avería, en 48 horas se solucionará; métale el ojo a su marido, hablé claro con el esposo de la vecina y  resígnese porque el sueldo no creo que lo aumenten. Resultado: la criatura no le solucionó na, pero uno se queda contentico porque al menos lo escucharon y reportaron la avería y puede ser que algún día tenga usted teléfono nuevamente.

 

            48 horas después nada ha cambiado y Ud. vuelve a pasar por todo el proceso, si corre con suerte le atenderá un(a) operador(a) amigable que le dirá: ¿Cómo? ¡No puede ser! ¿Aún no le solucionan? Ya voy a poner una advertencia en este reporte de avería. No se preocupe. . . y uno se conforma, pero también puede ser que le atienda alguien que está cansado de la vida, del clima, del trabajo y le regañe: Pero bueno, ¿usted cree que nosotros estamos de vagos? Acá nos ocupamos de cosas importantes. Ya hizo el reporte. ¿Qué más quiere que hagamos? ¿Lloramos con usted? Deje el fastidio, si no puede usar el teléfono póngase a leer un libro haga algo bueno con su vida, deje la llamadera, o póngase a hacer ejercicios pa que su marido no mire a la vecina, seguro que usted está gorda y ella noooo. Y por ahí se deja ir mientras uno sólo dice ay papaaa.


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Baladrón

Posted by Emilis González Ordoñez on 6:18

        Hace 3 semanas conocí a uno ahí. Tenía una actitud de "yo soy la última gota de agua del desierto y todos tienen sed". Como acostumbro a brindarle una oportunidad a todo el mundo, lo escuché. Pasados 10min concluí: Este es un baladrón.

 

         Esa palabra la aprendí de mi papá; un campesino cultísimo que nunca fue a la escuela. Es una de esas palabras muy corianas y muy en desuso. La busqué en el diccionario de la real academia de la lengua española y ahí estaba, para mi orgullo filial, el concepto. Sucede que un baladrón es un fanfarrón, hablador que, siendo cobarde, blasona de valiente.

 

         Al baladrón se le reconoce porque tiene pinta de que se la sabe todas, pero no sabe nada. Siempre fue el primero de algo (su clase, su familia, un hecho histórico, una justa deportiva, entre otros), aunque nadie lo puede comprobar. Es un ser que, según él o ella, (para ser sinceros hay baladronas también) son la tapa del garrafón, lo último, lo máximo.

        

Para mi desconsuelo esos bichos abundan. Si escucha a alguien que tienen la necesidad de cantar su currículo y sus logros académicos o laborales sin que nadie se los esté preguntando, ese, ese es un baladrón. El que sabe, sabe y no necesita hacerse propaganda.

 

         Si encuentra a un ser que manda más que un dínamo aunque no es jefe de nadie, ni familiar inmediato, ni líder, ni naaaaa, ese es un pobre baladrón que además se siente insignificante y lo oculta mandando a los demás.

 

         Al baladrón se le reconoce hasta por como camina, parece pavo real recién estrenando plumas, siempre habla de méritos y virtudes, de amistades y demás. Nada verificable, por supuesto. Al baladrón hay que ignorarlo, eso es lo peor que se le puede hacer. Y si no puede hacerlo, al menos dígaselo: ¡no chico(a) tu lo que eres es un baladrón! Y así, a parte de ponerlo(a) en su lugar, rescatamos nuestro coriano más puro.

        


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Como carro de hombre

Posted by Emilis González Ordoñez on 5:52

Mi hermana menor es médica, y como buena parte de las mujeres de este país además es ama de casa, madre y esposa. Días atrás tenía el carro dañado así que la llevé a su trabajo. Íbamos mi pareja, ella y yo. Por enésima vez mi compañero de vida se quejó del lamentable estado en el que mantengo mi automóvil: Este carro es un desorden. ¡Parece carro de hombre!

             Inmediatamente ella soltó: ¿Cómo? ¿Carro de Hombre? ¿Tú estás loco? ¿Tú sabes la diferencia entre un carro de hombre y uno de mujer? ¿Las florecitas y calcomanías de muñequitos pegados en el vidrio? ¡Noooo! ¿El forro del volante en flores o muñequitos? ¡Nooo! ¿Por los autoperiquitos y los rines de alto o bajo perfil? !Nooooo! Lo reconoces porque el carro de mujer casi siempre está sucio.

              ¿Tu crees que una, que tiene que llevar los muchachos a la escuela, ir al trabajo, buscar los muchachos a la escuela, ir a hacer almuerzo, ir al banco a retirar dinero, pagar la televisión por cable, luz, agua, teléfono, hacer mercado, llegar a la casa y hacer cena, vigilar las tareas, llevar los chamos a alguna fiesta y demás, puede darse el lujo de dejar el carro medio día en un autolavado? ¿Ah? ¿Ah? Noooo. Porque si lo hace, si deja el carro medio día y se lanza a la calle a pie deja de hacer la mitad de esas cosas y será tildada de mala madre y descuidada.

             El carro de hombre no. Ellos lo lavan por lo menos una vez a la semana, le echan pulitura, cera, sueñan con comprarse un hidrojet. El carro de un hombre siempre estará pulcro, no tendrá restos de nada que pueda hacer sospechar que tiene alguna responsabilidad o compromiso.

             La mujer en cambio siempre tendrá uno o dos juguetes, que guarda pa cuando los muchachos se agarren a piña (siempre pelean por cualquier razón) y calmarlos. Tendrá bolsas de galletas y papas fritas vacías y llenas. Sus hijos siempre comen en el carro y se pelearán por una galleta (aunque cada uno tenga de la misma marca, sabor y dimensión) siempre querrán la del otro y pelearán dejando el asiento lleno de brozas. En el carro del papá no comen y si lo hacen tienen la delicadeza de ponerse la bolsa de bozal. Pero en el de la mamá dejarán hasta una mano pintada de chocolate en el techo de gamuza. Porque el carro de una es el carro familiar, el carro del pueblo, pero el carro de él noooo, ese es su juguete personal.

         Una mujer tendrá pañales de más por si sucede alguna emergencia. Y ropa pa los chamos por si se ensucian y necesita tenerlos decentes. Tendrá además unos zapatos cómodos. Porque debe salir impecable y entaconada a la calle, pero a medio día debe pensar en comodidad y confort sin perder el glamour porque nuevamente puede ser tildada de descuidada. El carro de una mujer debe tener manchas de maquillaje porque generalmente ahí termina su ritual de belleza. Debe tener en el parabrisas trasero la invitación a un evento que fue en diciembre y está en marzo o abril. Casi siempre está sucio. ¡Por eso se diferencia un carro de hombre de uno de mujer me oíste! ¿Y pueden creer que  el hombre no ha vuelto a decir na de mi carro?


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Con el puro vicio

Posted by Emilis González Ordoñez on 6:00

         Al iniciar un año; no importa el estrato social, el género, la posición política o el estado civil; la gente siempre grita: ¡Año nuevo, vida nueva¡ lo cual significa que han decidido cambiar radicalmente su estilo de vida; rehacer algunas acciones y enmendar el camino; ser mejores personas, más buenas, más organizadas, más responsables.

 

            Así por ejemplo unos(as) juran que harán dieta y ejercicios, para rectificar por los excesos y alcanzar la anhelada buena figura que hace añoooossssss dejaron atrás. Yo era una de ellas, pero me deje de vainas, comer es sabroso y no hacer naita después de comer es aún más rico. Olvídenlo, no cumplo con esa promesa y, honradamente, muchos de los que la dicen tampoco la cumplen y el año próximo por esta fecha estarán diciendo la misma pistolada.

 

            Otros(as) dicen: Este año me porto bien y no monto más cacho. Y acá andamos el resto de los mortales comprando serruchos (porque según la gaita así es como se acaban, los cachos cuando son muchos). Quizá deban agregar que no montarán más, pero menos tampoco menos sino la misma cantidad. A esa gente no hay que creerles, son tan mentirosos como los que ofrecemos dejar de comer chocolates y hamburguesas y ponernos a trotar.

 

            Algunos van y ofrecen ser más organizador e incluso hacen una lista de prioridades y tareas por cumplir. ¿Y saben cuál es su primera acción? ¡Botar la lista! No saben donde la dejan ni mucho menos lo que escribieron y terminan el año igual que como lo iniciaron: ¡con el soberano desorden!

 

            Dime si son esos que ofrecen ser más trabajadores y menos holgazanes, esos, esos inician el año durmiendo hasta las 3pm y pasando la rasca. Y no recogen ni una sola de las botellas que consumieron la noche anterior. En definitiva, pura pérdida y autoengaño.

 

            Ni hablar de aquellos que juran por este puño de cruces que más nunca beben. Esos lo que me dan es risa, porque son los que desde ya están planificando que hacer en todos los puentes, celebraciones y asuetos venideros.

 

            Y no sigo con todos las demás promesas porque ustedes, que las formulan religiosamente todos los años, se la saben mejor que yo. Toda esa gente me recuerda al ser que en una fiesta pide un cigarro, se lo dan y acto seguido pide fuego porque tampoco tiene y le responden: ¡pero usted salió de su casa con el puro vicio!

 

            Así comencé yo este año, con el puro vicio, ni dejaré de comer, ni de beber, ni de bailar ni de echar mano de la vida de mis amigos, familiares, conocidos y desconocidos para escribir mis artículos. Con el puro vicio pues. Ya hablé gente, ya hablé y feliz año Venezuela.  


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