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Apio verde tu yuuuuuu
Posted by Emilis González Ordoñez
on
20:41
TODO ha cambiado en el mundo, todo. El asunto no me hubiese molestado
si me hubiesen avisado, pero nooooo. A Emilis nadie le dijo. La
cuestión es que cambió y he quedado como perro en autopista.
Yo recuerdo que a mi me celebraban mis cumpleaños. Mis padres, en la
medida de sus posibilidades me celebraban el cumple. Y yo me sentía
chévere, nunca me sentí menos, ni traumada ni na de eso. Bueno,
creooooo, no sé. Y digo no sé porque capaz y sale un siquiatra y dice
que la raíz de mi locura es la celebración de mis cumpleaños
infantiles. Una no sabe, inventan tantas vainas.
El asunto es que me celebraban mi cumple. Mi mamá me hacía la torta,
y la adornaba con nevazucar, y le ponía confites de colores (y le
quedaba linda y sabrosa) compraba refrescos, algunas chucherías e
invitábamos a los vecinos y ese día me sentía ESPECIAL, lo máximooooo.
Y tengo fotos donde se me ve radiante, encantada.
Pero ahora noooooooooo. Ahora pa celebrar un cumple infantil hay que,
primero: escoger un motivo. Sí, un motivo. Pa mi el motivo era que el
muchacho cumplía un año, pero noooooo, hay que escoger el motivo del
que se adornará y desarrollará la fiesta. ¿Qué tal? si la criatura
tiene 1 o 2 años uno decide, pero si pasa de 3 OL-VI-DE-LO. Es el/ella
quien decide. Quiero mi cumple de Barbie princesa o Mario Bros o Ben
10 o el muñeco más inverosímil que a usted se le ocurra porque ese
existe y es ese y es eseeee.
Escogido el motivo se tiene que comprar todo referente a ese motivo,
las tarjetas de invitación (mis vecinos, los Córdova, todavía se
acuerdan cuando yo iba y decía: que dice mi mamá que vayan más tarde a
cantarme el cumple. Y todos iban), ahora hay que pasar las tarjetas
con mínimo 15 días de anticipación (pa una criatura que lo que cumple
es 1 año) y en ella debe quedar claro cuál es el motivo del cumple,
luego hay que alquilar local, ir a verlo y planificar cómo se
adornará, alquilar sillas mesas, los manteles y globos deben combinar
con lo colores del motivo ya previamente seleccionado.
Hay que planificar el menú, si MENÚ. Porque no se puede repetir lo
mismo, deben ser bocados pequeños, nutritivos, pero a la vez
agradables para los niños y un largo etcétera. Tiene que haber una
mesa de dulces, en donde esté la torta. Y no cualquier torta, ahora la
torta debe ser (como todo lo demás) del motivo que se escogió,
preferiblemente en 3D, si, leyó bien en 3D, con modelado y no sé que
diantres más. Del precio no vamos a hablar pa que no digan después que
lo único que me duele es el bolsillo. Además de la torta habrá que
mandar a hacer la gelatina de colores, también en modelado especial,
pintada con aerógrafo o pintada a mano o no sé con qué modelado
especial. Yo aún recuerdo la gelatinita roja en vasito; sabían bien
era barata. Ponquecitos decorados nunca deben faltar. Ah y se dicen
muffins. Pero parecen ponquecitos y se ven como ponquecitos y saben a
ponquecitos. Pa mi que son ponquecitos disfrazados de muffins o
cupcakes. Y dulces, y chocolates, y chupetas en su respectiva
chupetera que, obviooooooo tiene que ser del motivo de la fiesta.
Si se tiene plata debe tener carrito de perro caliente, de cotufas y
algodón de azúcar. (aquí si reivindico mi derecho a quejarme por mi
bolsillo) esto no es obligatorio, pero debería, porque sino usted y su
hijo son como, no sé, como unos pobres seres que no tienen o no
parecen tener y, y, oseaaaa, nada que ver con ustedes.
Además, fiesta que se respete debe tener recreadoras, ello permitirá
mantener ocupados a los niños mientras las madres logran tener un
poquito de paz. Acá mis afectos se dividen. Estoy de acuerdo porque
aún recuerdo a mi hermano Víctor disfrazado de zorro contando chistes,
haciendo mímica y dirigiendo juegos. Entonces por eso estoy de
acuerdo. Me divertí muchísimo con él. Y sé que mis vecinos también.
Pero las recreadoras de ahora se empeñan en que los padres
participemos. Pero señora pareseeeee, partícipeeeeeee, ¿usted no
quiere a su hijo(a)? y todo el mundo lo ve a una como diciendo: pero
si es mala madre… y una piensa: ¿no lo voy a querer? Si yo me levanté
cada tres horas a darle comida, cambiarlo, dormirlo, lo baño, le doy
alimento, lo llevo al médico, a la guardería (y se me parte el corazón
cada vez que lo dejo) lo traigo a la fiesta, le compro ropa, se la
pongo, lo cuido cuando está enfermo, le enseñé a caminar y viene esta
criatura que ni 20 años tiene a decirme a MIIIIIII que no quiero a mi
hijo porque no quiero pararme a cantar la cancioncita y bailar y hacer
el ridículo…. O peor aún deciden jugar a El Rey pide.. Y los niños
desnudan a la mamá, le dejan sin un zapato, sin los lentes, sin el
teléfono, sin el monedero, sin un zarcillo, sin el collar y pare usted
de contar, y al final, el niño pierde el juego, no le dan premio y
usted (que no lo quiere porque no se quería parar a cantar) termina
consolándolo y prometiéndole que la próxima gana.
Además de todo eso usted debe contenta y no estresarse. Como ven,
todo cambió con respecto a mi infancia. Lo que falta es que no canten
el cumpleaños sino el apio verde tu yuuuu que cantan los gringos sólo
con la mala intención de terminar de confundirme.
si me hubiesen avisado, pero nooooo. A Emilis nadie le dijo. La
cuestión es que cambió y he quedado como perro en autopista.
Yo recuerdo que a mi me celebraban mis cumpleaños. Mis padres, en la
medida de sus posibilidades me celebraban el cumple. Y yo me sentía
chévere, nunca me sentí menos, ni traumada ni na de eso. Bueno,
creooooo, no sé. Y digo no sé porque capaz y sale un siquiatra y dice
que la raíz de mi locura es la celebración de mis cumpleaños
infantiles. Una no sabe, inventan tantas vainas.
El asunto es que me celebraban mi cumple. Mi mamá me hacía la torta,
y la adornaba con nevazucar, y le ponía confites de colores (y le
quedaba linda y sabrosa) compraba refrescos, algunas chucherías e
invitábamos a los vecinos y ese día me sentía ESPECIAL, lo máximooooo.
Y tengo fotos donde se me ve radiante, encantada.
Pero ahora noooooooooo. Ahora pa celebrar un cumple infantil hay que,
primero: escoger un motivo. Sí, un motivo. Pa mi el motivo era que el
muchacho cumplía un año, pero noooooo, hay que escoger el motivo del
que se adornará y desarrollará la fiesta. ¿Qué tal? si la criatura
tiene 1 o 2 años uno decide, pero si pasa de 3 OL-VI-DE-LO. Es el/ella
quien decide. Quiero mi cumple de Barbie princesa o Mario Bros o Ben
10 o el muñeco más inverosímil que a usted se le ocurra porque ese
existe y es ese y es eseeee.
Escogido el motivo se tiene que comprar todo referente a ese motivo,
las tarjetas de invitación (mis vecinos, los Córdova, todavía se
acuerdan cuando yo iba y decía: que dice mi mamá que vayan más tarde a
cantarme el cumple. Y todos iban), ahora hay que pasar las tarjetas
con mínimo 15 días de anticipación (pa una criatura que lo que cumple
es 1 año) y en ella debe quedar claro cuál es el motivo del cumple,
luego hay que alquilar local, ir a verlo y planificar cómo se
adornará, alquilar sillas mesas, los manteles y globos deben combinar
con lo colores del motivo ya previamente seleccionado.
Hay que planificar el menú, si MENÚ. Porque no se puede repetir lo
mismo, deben ser bocados pequeños, nutritivos, pero a la vez
agradables para los niños y un largo etcétera. Tiene que haber una
mesa de dulces, en donde esté la torta. Y no cualquier torta, ahora la
torta debe ser (como todo lo demás) del motivo que se escogió,
preferiblemente en 3D, si, leyó bien en 3D, con modelado y no sé que
diantres más. Del precio no vamos a hablar pa que no digan después que
lo único que me duele es el bolsillo. Además de la torta habrá que
mandar a hacer la gelatina de colores, también en modelado especial,
pintada con aerógrafo o pintada a mano o no sé con qué modelado
especial. Yo aún recuerdo la gelatinita roja en vasito; sabían bien
era barata. Ponquecitos decorados nunca deben faltar. Ah y se dicen
muffins. Pero parecen ponquecitos y se ven como ponquecitos y saben a
ponquecitos. Pa mi que son ponquecitos disfrazados de muffins o
cupcakes. Y dulces, y chocolates, y chupetas en su respectiva
chupetera que, obviooooooo tiene que ser del motivo de la fiesta.
Si se tiene plata debe tener carrito de perro caliente, de cotufas y
algodón de azúcar. (aquí si reivindico mi derecho a quejarme por mi
bolsillo) esto no es obligatorio, pero debería, porque sino usted y su
hijo son como, no sé, como unos pobres seres que no tienen o no
parecen tener y, y, oseaaaa, nada que ver con ustedes.
Además, fiesta que se respete debe tener recreadoras, ello permitirá
mantener ocupados a los niños mientras las madres logran tener un
poquito de paz. Acá mis afectos se dividen. Estoy de acuerdo porque
aún recuerdo a mi hermano Víctor disfrazado de zorro contando chistes,
haciendo mímica y dirigiendo juegos. Entonces por eso estoy de
acuerdo. Me divertí muchísimo con él. Y sé que mis vecinos también.
Pero las recreadoras de ahora se empeñan en que los padres
participemos. Pero señora pareseeeee, partícipeeeeeee, ¿usted no
quiere a su hijo(a)? y todo el mundo lo ve a una como diciendo: pero
si es mala madre… y una piensa: ¿no lo voy a querer? Si yo me levanté
cada tres horas a darle comida, cambiarlo, dormirlo, lo baño, le doy
alimento, lo llevo al médico, a la guardería (y se me parte el corazón
cada vez que lo dejo) lo traigo a la fiesta, le compro ropa, se la
pongo, lo cuido cuando está enfermo, le enseñé a caminar y viene esta
criatura que ni 20 años tiene a decirme a MIIIIIII que no quiero a mi
hijo porque no quiero pararme a cantar la cancioncita y bailar y hacer
el ridículo…. O peor aún deciden jugar a El Rey pide.. Y los niños
desnudan a la mamá, le dejan sin un zapato, sin los lentes, sin el
teléfono, sin el monedero, sin un zarcillo, sin el collar y pare usted
de contar, y al final, el niño pierde el juego, no le dan premio y
usted (que no lo quiere porque no se quería parar a cantar) termina
consolándolo y prometiéndole que la próxima gana.
Además de todo eso usted debe contenta y no estresarse. Como ven,
todo cambió con respecto a mi infancia. Lo que falta es que no canten
el cumpleaños sino el apio verde tu yuuuu que cantan los gringos sólo
con la mala intención de terminar de confundirme.
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