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Empanada Lievers

Posted by Emilis González Ordoñez on 14:47

                                                                             A Lisbeth, María Victoria, Mahly y Meche

En los últimos días, he comprendido amargamente que mis amigas han
cambiado. Ya no son las mismas. Y eso me ha impactado. Les coloco un
ejemplo, antes nos reuníamos y comíamos de todo y nos quejábamos de lo
gordas que estábamos pese a las dietas y los ejercicios.



            Y es que éramos sedentarias, pero ahora todas son runner. La
primera vez que me dijeron eso quedé como gallina comiendo chicle.
¿Qué es seso Dios de la vida y de la muerte? ¡Ilústrame y no me
abandones! Sucede que ahora las mujeres corren. Yo no corro ni que me
venga persiguiendo un malandro. Pero no podía quedarme atrás, son mis
amigas, intenté correr, pero a la media cuadra,  sintiendo que me
faltaba el aire y me iba a dar un infarto, el tobillo que le entregué
a la chikunguya me recordó que yo no corro ej na. Es más que a veces
hasta cojeo. Raspada, no soy runner.



          No conforme con eso, luego las mujeres se me volvieron fitnes, light y
medio vegan. Estuve a punto de retirarles el habla. Cómo se les ocurre
meterse a lavativas que ni sé pronunciar, mucho menos saber qué
significan. Sucede que sedentarismo cero. Que ahora comen muy sano.
Que calorías y frituras y harinas nada. Nunca, nunca

.

         Lo confieso, intenté ser fittnes. Fui al gimnasio, hice bailoterapia
y, aparte de descubrir que no tengo capacidad pal baile ni constancia
ni nada, no logré mucho. Tonces   también raspada en la vida fit.



     La idea de ser vegans la abandoné inmediatamente. Es más, ni la
contemplé realmente, porque pensé, sé que estoy gorda, los cachos me
los regaló mi exmarido hace tiempo, así que lo único que me falta pa
ser vaca, es comer monte. No, gracias, en esto, paso.



         Y entonces me dije, ok, lo ligth será lo mío.  Y es lo más horrible
que me han podido hacer, pues no hay que comer prefabricado, no. Si,
ellas crecieron conmigo y éramos hijas del consumismo y la comida
chatarra. Ahora las descaradas no comen hamburguesas y eso que nos la
pasábamos metidas en la calle del hambre. Y sacan unas recetas disque
de arepa de avena y linaza con atún guisado y monte por camionadas.
Que ahora las panquecas son de avena, endulzadas con cosas de embuste
que no son azúcar. Que mejor es sucralosa (y eso está tan caro que
parece, como diría mi hermano Víctor, sacrosanta) o estevia o, lo que
está más nice, xilitol

     

    Yo trabajo,  atiendo casa, hijo  y marido y no tengo tiempo para
convertirme en una señora del renacimiento que cultiva los montes en
su casa,  y alimenta  sus gallinas en el patio porque hay que cuidarse
de los productos que no sean orgánicos y no sé qué historias.



         Yo, que me llevo una galleta empacada y con eso meriendo y listo,
decidí intentarlo, porque mis amigas me dijeron que la clave está en
la organización. Los domingos cocinas una torta y meriendas toda la
semana. Bates harina de avena con clara de huevo y mantequilla de maní
(hecha por ti misma para que sea más sana) y lo endulzas con un cambur
o una zanahoria. O ambos.



    No dije nada, pero me quedé pensando, o sea que tengo que hacer mi
mantequilla de maní que es una lavativa que ni siquiera me gusta. Y
tengo que endulzar la torta con un cambur porque el azúcar es mala.
Malo debe saber la torta esa. Y aunque pensaba eso, la hice, pero cada
vez que abría la nevera para tomar agua o sacar algo pa cocinar me
comía un pedazo y ya el mismo domingo la torta había pasado a la
historia.



   Es que tienes que ser fuerte. Tienes  que tener fuerza de voluntad.
JA, si yo creo que mi fuerza de voluntad la secuestraron y se les
murió en el traslado, y la enterraron en la sierra y ni rescate
cobraron. Y aquí entre nos, yo creo que la mandé a secuestrar yo misma,
porque no me ha interesado buscarla más nunquita. .


    Además todos los productos ligth son carísimos, y las versiones
caseras implican, la más sencilla, hora y media de cocina.  Hora y
media de mi vida que puedo invertir en otra cosa más productiva. Y los
productos engordantes y cancerígenos y repletos de químicos son,
aunque los compre en el mercado negro pa no calarme la cola, muchísimo
más baratos. Y del sabor, mejor no hablemos.



       Así que luego de mucho pensarlo, mi reflexión final fue que yo no
estoy así porque quiero. Si me preguntan qué quiero, diré que quiero
estar flaca. Perooooo, pero no me da la gana de comer arepa de avena y

linaza (y sepa señor lector que no es harina de maíz mezclada con
avena y linaza, noooooo. Es avena y linaza nada más).  Amén de no
querer gastar un dineral por azúcar de embuste cuando por mucho menos
de eso me compro diez kilos de la refinada y endulzo todo.

     

 Y como ellas, las que eran mis amigas, se consiguieron un nombre
en inglés para definir su estilo de vida, yo también me he ideado uno.
Soy empanada lievers. Y sepan mujeres que, como diría mi madre, rompí
palitos con la vida sana. Y esto es un manifiesto de vida y una
invitación para aquellas que quieran seguirme. Están a tiempo,
recapaciten.



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Simplemente Genial! jajajaj

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