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¿Y ahora?

Posted by Emilis González Ordoñez on 5:21

Días atrás hablé sobra la experiencia antropológica que significa iniciar una relación. Debo confesar que he recibido vía correo electrónico algunas quejas de los caballeros. Leí y contesté como acostumbro, pero hubo un mail que llamó mi atención. Decía: "Ud. es injusta. Los hombres somos predadores por naturaleza. Es lógico que así actuemos. ¿Por qué, quiero saber, no escribe de cuando pasamos a ser presa, cosa difícil y poco común?". Pensé que eso es sumamente extraño, poco probable, pero realicé un estudio de campo y parece que el asunto es más frecuente de lo que imaginaba. Replanteemos la situación.

 

         Él, galán ante todo, busca a la dama en su casa aunque sea en taxi porque si va a pie no conseguirá una segunda oportunidad. Ella se tomará su tiempo para salir y su ropa dirá ¡Guerra, guerra!, pero sin llegar a decir ¡Zorra, zorra! Él debe mirarla de arriba abajo y con descaro decir algo como: "¡qué bella estás! Mejor escoge tú a donde vamos porque soy capaz de llevarte a cualquier lugar". Ella lo mirará con unos ojos que encontrarán el equilibrio perfecto entre caperucita roja y la reina malvada. Es decir suficiente para parecer inocente, pero con un toque que deja una duda en el aire y dirá: "Precisamente por eso quiero que escojas tú". Él puede salir corriendo (algunos lo hacen), o ir a tomarse unos tragos, pero las cartas ya están más que echadas.

 

         Decidieron ir a tomar algo. Él quiere retomar su lugar de predador que caza una tierna e inocente oveja. Toman, bailan y pregunta: "¿Y de acá para donde vamos?". Ella comprende que no ha llegado su momento y replica: "Ah pues, yo para mi casa y tú para la tuya". Él creerá que ha logrado dominar la situación y algunos tragos después dirá: "Mira, ¿y estas cervezas no tienen postre?". Ella lo mirará de arriba abajo, mientras se muerde el labio inferior para que quede bien claro cual de los dos será el dulce y dirá: ¿Qué es realmente lo que tú quieres?" Si no queda mudo debe responder: "Lo que tu quieras mamihhh". Quizá, es muy probable, que si no actúa en ese momento, minutos después le digan algo como "¿Chico, qué hacemos nosotros aquí?". Señor, si usted no sabe que hacer ni Dios podrá ayudarlo. Algunas de estas predadoras consiguen lo que las mansas ovejas no logran, cazar al cazador.

 

         Luego de mi estudio de campo comprendí, que para los caballeros, pasar de predador a presa no es fácil. Ante una situación así, y antes de actuar o salir corriendo, generalmente se dicen en voz alta o mentalmente: Ay mamaaaaa. ¿Y ahora?

 

          


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