¿Por puños o por cucharadas?
Licda. Emilis González Ordoñez
Juro que no escribiré nada más que pueda ser entendido como una arenga feminista de la ultra. No porque le tenga miedo a las muchas amenazas que los caballeros han hecho llegar a mi mail, sino porque mi opinión ha sido mal entendida por mis congéneres. Creo en un mundo solidario y justo. Donde aquello de "lo que es bueno pal pavo es bueno para la pava" sea una máxima filosófica aceptada y practicada. No quiero cambiar una dictadura por otra; esto, a mi modo de ver, sería abominable.
Sucede que días atrás una compañera de trabajo me comentaba lo mucho que le gustan los artículos en donde maltrataba a los hombres y los volvía trizas. Yo la escuchaba horrorizada mientras pensaba: ¿Mi alma y cuáles serán esos artículos? ¿De verdad seré tan malvada y fría como ella dice?
La mujer seguía con su disertación y me decía que esos artículos era lo máximo. Que ella, como yo, era una feminista furibunda que creía que todo debía cambiar radicalmente fuese por la buenas o por las malas. Yo pensaba: ¿Y será que va a armar un Frente Femenino de Liberación Nacional (FFLN) y se dedicará a fusilar a todos aquellos hombres que no piensen como ellas? ¿Cómo sería eso? Irán de casa en casa e interrogarán a los hombres: ¿Usted acepta lavar, planchar, cocinar, cuidar los muchachos, estar bello para cuando su mujer llegue del trabajo y calarse los cachos que le quiera montar? ¿Si? Está salvado. Pase que su novia, esposa, arrejunte o lo que sea se lo llevará y lo cuidará como merece. ¿No? ¿Se cree muy machito? Y, junto con un golpe certero de la culata de un arma a la quijada, gritarán: Al paredón. Fusílenlo por irrespetuoso del nuevo orden… ¡Fin de mundo!
La verdad no me atrevía a contradecirla. Estaba tan segura de su planteamiento y de mi apoyo, que hasta miedo me daba decirle que estaba errada. La dejé hablar hasta que me dijo: Pues chica, yo sí. Aspiro y espero que mi novio se porte muy bien. Tanto que cuando le diga vaya afuera y coma tierra, lo único que pregunte sea: ¿Por puños o por cucharadas mi amor? Ahí la atajé, dije: ¡ya va! Como diría mi hermana Meche una debe preguntarse: ¿Qué clase de hombre eres tú que me vienes a tar mandando? Pero también ¿Qué clase de hombre eres tú que dejas que yo te mande? El asunto debe ser mitad y mitad o no hay trato. Y por último chica, como diría mi compa Lobo, tas equivocaaaa. Dejó de hablarme y ahora murmura de mí en los pasillos. Sospecho que caeré en el paredón con las primeras balas del FFLN.
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