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!Exijo mi derecho al rídiculo!

Posted by Emilis González Ordoñez on 8:26

Días pasados hablando con mis amigas percaté que todas ellas; feministas de avanzada, se mostraban molestas frente a otra que, recién enamorada, le escribía mensajes de texto a su amado, confieso que los mensajitos eran de los más cursis y ridículos que haya leído en mi vida, pero eran de su agrado, era ella quien los enviaba.


                   Mis amigas se quejaban porque la enamorá ponía cara de pistola mientras decía: ¿Viste qué beelloooo mi gordo? ¡Tan lindo mi cuchurrumiiiiiii! Y cuchurrumi la llamaba y ella le decía al teléfono: "Si mi amolcito, me haces muchísima falta bello, mucha. Te quero mi negrito lindo. Besitos, besitos para ti mi ponquecito dulceee."


                    La verdad no era que yo estuviese encantada con el asunto, pero tengo por regla general vivir y dejar vivir. No me meto en la vida ajena porque no quiero que se metan en la mía. Yo miraba la escena: la enamorá portándose como adolescente enamorá y las amigas molestándose porque la otra no guardaba la compostura. Decían: "Cálmate. ¿Qué te pasa? Pórtate como una mujer adulta chica. Eres inteligente, profesional, déjate de estupideces. Ni que estuvieses saliendo con un príncipe." La otra se sentía mal, porque ella no quiere ser ridícula, todo lo contrario quiere ser una respetada profesional.


                     La situación me pareció cómica al inicio, pero luego me horrorizó. Ya va, ¿de manera que si soy profesional con éxito debe dejar de ejercer mi derecho a hacer el ridículo delante de todo el mundo? ¿Debo reprimir mi necesidad de decirle al otro cuchurrumi, lindo, bello, mi amol y demás? ¡Fin de mundo! ¿Y la libertad de expresión? ¿Dónde dice que los "adulto-contemporáneos(el término es un eufemismo pa' no decirnos viejos) no podemos expresarnos así?


                 Porque como diría mi hermano Carlos Alberto: el ridículo es libre y cada quien lo ejerce a libertad y lo critica a conveniencia… la pobre mujer, aunque no tenga 15, tiene derecho de decirle ponquecito al vejestorio con el que sale. Tiene derecho a poner cara de tonta cuando llega un mensaje del novio. Y el fulano cuchurrumi, aunque sea un tipo serio y respetable, tiene derecho a decir y escribir ridiculeces. Y sobre todo tienen derecho a no ser regañados porque decidieron expresar ridículamente su amor. Y los defiendo no sea que a mí mañana me de por mandar mensajes dulzones y poner cara de mañana de pascua y decir tan belloooo mi negritooo. Y alguno venga y diga que no lo dije, que hablaba mucha pistolada y tan bajo que vine a caer. Que me la tiraba de irónica y terminé el escalón más bajo de la ridiculez. En fin que reivindico mi derecho a hacer el ridículo. He dicho.


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